Ian Fleming se propuso firmar un relato de espías que lo cambiase todo en el mundo de la literatura y lo consiguió. Con su primera novela ‘Casino Royale’ logró dibujar un personaje que se convertiría en uno de los grandes mitos de toda la historia; creó a James Bond, al agente 007; y una nueva forma de narrar esas cosas que les pasa a los espías.
‘Casino Royale’ se publicó en
1952. Ian Fleming había servido como comandante de la Marina Real durante la
Segunda Guerra Mundial. Estuvo destinado en el 39 de Inteligencia Naval y fue
cerebro de algunas ‘operaciones negras’ en las que existía licencia para matar
si fuera necesario. Pero Fleming se mantuvo siempre en los despachos. Una vez
que acabó la guerra quiso cumplir su sueño de vivir en Jamaica, en una
residencia preciosa llamada Goldeneye. Allí escribió esta primera novela con
James Bond como protagonista mientras fumaba setenta cigarros a diario, bebiendo
sin control y tomando bencedrina a espuertas para paliar su dolor de espalda. Alguna
vez dijo que al mirarse en el espejo podía ver al agente 007 y que ‘Casino
Royale’ era una especie de autobiografía de un sueño.
‘Casino Royale’ es una novela
divertida, muy divertida. Los lectores
se pueden acercar a ella sabiendo que pasarán un rato estupendo puesto que el
texto no es demasiado exigente, el lenguaje es cercano y Fleming evita figuras
retóricas excesivas e, incluso, algunas poéticas ya que no parece que ese
universo las admita con facilidad.
Frases cortas aunque de
elaboración suficiente, tonos medios accesibles para cualquier lector y que
encajan a la perfección con los personajes que se mueven en el mundo de
Fleming. Una descripción casi aséptica y unos diálogos muy atractivos y
directos.
Pero, por supuesto, es el personaje lo que hace grande a la novela. James Bond es oficial del Servicio de Inteligencia Secreto y comandante de la Royal Naval Reserve, al que también se le conoce por su código, 007. Tiene licencia para matar. Es un asesino sin escrúpulos, odia a las mujeres, le gusta jugar y beber, es bastante esquivo con las normas de sus superiores y desprecia todo lo que no es él mismo. Es un personaje que camina firme y aguanta lo que solo un ser humano extraordinario puede aguantar. Y se agranda al enfrentarse con los villanos. En 'Casino Royal' será un tal Le Chiffre el que se encontrará con Bond, que a su vez es un antihéroe de manual.
Eso sí, a pesar de lo divertido y cercano, esa cancelación tan de
moda actualmente podría hacer estragos en las novelas de Fleming. Un par de muestras para
entender esta afirmación:
‘Bond suspiró. Las mujeres sólo
servían para el esparcimiento. En cuestiones laborales, siempre terminaban por
interponerse y complicarlo todo por culpa del sexo, los sentimientos heridos y toda
la carga emocional que arrastraban.
Había que cuidarlas y preocuparse por ellas’.
‘Había sucedido justamente lo que
temía. Mujeres imbéciles que se creían capaces de desempeñar el trabajo de un
hombre… ¿Por qué demonios no podían quedarse en casa a ocuparse de los
cacharros, limitarse a elegir vestidos y a cotillear y dejar el trabajo de
hombres a los hombres?’.
Sería completamente estúpido
tratar de cambiar una sola coma de las novelas de Ian Fleming, por supuesto.
Eso que piensa su personaje, hoy, ahora mismo, lo piensan cientos de miles de
hombres en todo el mundo y conviene recordar que las sociedades actuales son
incómodas e injustas para las mujeres. Que no aparezca en una novela una zona oscura de la realidad no solventa el problema.
Sea como sea, el James Bond de
Fleming es este y la literatura de la que salió un mito enorme es la que es.
Esta novela se ha llevado al cine hasta en tres ocasiones (Más información en este enlace).
En España, 'Casino Royal' esta editada por Roca Editorial (Grupo
Calificación: Divertida.
Imprescindible para el género.
Tipo de lectura: Muy amena,
rápida. Fleming se queda en la superficie reconocible y más oscura.
Tipo de lector: Fans de 007 aunque
cualquiera que quiera pasar un rato agradable puede leer la novela.
¿Dónde puede leerse?: En el
sillón de orejas, con una copa al lado.
G. Ramírez