'La muerte en Venecia': Una obra maestra reposando sobre la mitología
Revisa, Thomas Mann, en el viaje que propone su concepción
del mundo, de la mitología, del proceso creativo, de la muerte como meta del
ser humano. Y lo hace desde una prosa exquisita, llena de matices, difícil de
interpretar salvo que el esfuerzo del lector sea importante.
La lectura de esta obra, bien puede quedarse casi en lo
superficial y limitarse a una historia de amor imposible entre un hombre recién
llegado a su vejez y un adolescente, bien puede convertirse en un reto en el
que Hermes, Apolo, Dionísio y un gran número de referencias mitológicas, son
protagonistas y convierten el universo del personaje en algo que va más allá.
La contraposición y el tránsito entre lo apolíneo y dionisíaco, el camino que
hay entre el arte y la muerte, entre la idea y su verbalización, entre la nada
de Nietzsche y la eternidad de los dioses; son los pilares de una novela que
soportan una trama valiente que quiere indagar en el mundo de un personaje
sorprendente y profundo.
En ‘La muerte en Venecia’, nada pasa sin ser necesario, cada
detalle debe ser tenido en cuenta. Cuando el protagonista, un escritor llamado
Aschenbach se refresca tomando una mezcla de zumo de granada y soda, el lector
puede quedarse en la anécdota, pero puede llegar a saber (si no lo conoce ya)
que ese zumo está vinculado a Hades porque cuándo este secuestra a Perséfone se
lo hace probar ya que quien toma bocado allí está condenado a no salir jamás.
Como le ocurre al personaje con Venecia, como le ocurre una vez que se ve
inmerso en un amor prohibido. Los sueños de Aschenbach nos llevan hasta los
ritos báquicos, los personajes que pudiéramos considerar actantes (lo son, por
supuesto) mirados con atención comparten rasgos que les convierte en el propio
Hermes. Todo en el relato es fundamental. La propia Venecia funciona como correlato
del personaje y, a la vez, como recordatorio de una Atenas idealizada que
termina en desastre. Platón aparece en la narración para quedarse hasta el
final. El mar es la eternidad y la propia muerte. El proceso creativo, el
talento, la rendición del autor ante una burguesía que acepta, o no, la obra si
se adapta a sus cánones o los intenta saltar, todo en ‘La muerte en Venecia’ nos
arrastra hasta la reflexión.
Pero la lectura más superficial es otra opción. Tan buena
como la primera. Se trata de una novela tan bien escrita que, aún sin entender
el cien por cien de lo expresado, gusta a cualquiera. Esta es una forma de
escribir que se echa en falta actualmente.
Thomas Mann es uno de os grandes autores de la historia de
la literatura. Y «La muerte en Venecia» una de sus obras más deslumbrantes.
Calificación: Extraordinaria.
Tipo de lectura: Tranquilizadora.
Tipo de lector: Cualquiera que esté dispuesto a afrontar retos.
Personajes: Perfectos. Los secundarios (todos) representan a un ser mitológico.
Argumento: El viaje inevitable hasta la muerte.
¿Dónde puede leerse?: En el Lido.
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