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Dos minutos, cuarenta segundos y una novela

Sobre la poesía de Antonio Machado ya se ha dicho casi todo. Existen miles de páginas en las que se analizan todos y cada uno de sus poemas; su teología, su estructura... Ni siquiera es mi intención un torpe análisis de cualquiera de ellos. Tan solo quiero escribir recordando algunos versos de Machado; pensar en por qué regresan, una y otra vez, a la consciencia; intentar encontrar algo que, como mucho, puedo intuir con dificultades.

Si tuviera que dar un buen consejo al joven que lo necesitara para llegar a ser poeta, no dudaría en robar un alejandrino de Machado para poder entregarlo en forma de tesoro; tal y como me llegó a mí leyendo poesía en el metro o tirado en alguna pradera del parque del Retiro madrileño. ‘Sabe esperar, aguarda que la marea fluya’. Machado parece indicar el camino de la autenticidad y la honrada verdad. Esperar a que la emoción repose después de leer, de mirar. Convertida en experiencia necesaria podremos dejar que llegue esa marea que se produce en el mar océano que es nuestra propia vida. Saber aguardar leyendo un poema, saber vivir la vida como un poema. Un alejandrino construye la vocación, la existencia del joven soñador que fui y desea que sea en otro.

Repito los poemas de Machado intentando saber qué es lo que busco. Tal vez sea la imposibilidad de recordar a mi padre en la intimidad más absoluta sin equivocación, tal y como merecería. Tal vez sea el vértigo que siento sabiendo que el tiempo se acaba tarde o temprano y no pueden quedar pendientes los asuntos importantes. Machado recordó al suyo después de treinta años, habiendo tomado la distancia suficiente. Ve al padre en la luz sevillana mientras el padre es capaz de mirar a su hijo, un hijo ya con el pelo cano. Como solo un padre podría hacerlo. Un soneto que, en sus últimos tres versos, se tiñe de la duda que genera el tiempo, de lo trágico de una vida, de la angustia que llevamos a cuestas. Ni han pasado treinta años desde que perdí a mi padre ni he conseguido retirarme para encontrar el sitio. Por ello, del soneto de Machado arranco versos que me alivian pensando que soy capaz de recordar.

Esta luz de Sevilla… Es el palacio / donde nací, con su rumor de fuente. / Mi padre, en su despacho.—La alta frente, / la breve mosca, y el bigote lacio—. / Mi padre, aun joven. Lee, escribe, hojea / sus libros y medita. Se levanta; / va hacia la puerta del jardín. Pasea. / A veces habla solo, a veces canta. / Sus grandes ojos de mirar inquieto / ahora vagar parecen, sin objeto/ donde puedan posar, en el vacío. / Ya escapan de su ayer a su mañana; / ya miran en el tiempo, ¡padre mío!, / piadosamente mi cabeza cana.

Tal vez lo que busco en la poesía del maestro Machado es un lugar común. Porque el poeta agarra sus pequeños recuerdos o ensoñaciones y los convierte en material universal. ‘Recuerdo Infantil’. No viví una escuela como la que se evoca en cada verso; pero era gris, la lluvia caía salpicando los cristales y Caín ordenaba las aulas. Me encuentro en un pupitre cacareando poemas como si fueran tablas de multiplicar.

Una tarde parda y fría / de invierno. Los colegiales / estudian. Monotonía / de lluvia tras los cristales. / Es la clase. En un cartel / se representa a Caín / fugitivo, y muerto Abel, /  junto a una mancha carmín. / Con timbre sonoro y hueco / truena el maestro, un anciano / mal vestido, enjuto y seco, / que lleva un libro en la mano. / Y todo un coro infantil  / va cantando la lección: / ‘mil veces ciento, cien mil; / mil veces mil, un millón’. / Una tarde parda y fría / de invierno. Los colegiales / estudian. Monotonía / de la lluvia en los cristales.

Quizás lo que busco es descubrir, de nuevo, la poesía de Machado. Sencillamente eso. Su intimidad, su tiempo. Presidiendo desde la primera letra. Porque siempre doy con ella. Aprendí a mirar cómo me ordenaron sus poemas cuando los leía por primera vez. ‘Sabe esperar, aguarda que la marea fluya’. Toda las vidas de todos explotando con fuerza en las ramas verdes de los que otros hubieran visto como un cadáver. Todo en las ramas. La poesía en esas ramas del olmo. Leo el poema y siento la misma emoción que siendo un jovencito.

Al olmo viejo, hendido por el rayo / y en su mitad podrido, / con las lluvias de abril y el sol de mayo / algunas hojas verdes le han salido. / ¡El olmo centenario en la colina / que lame el Duero! Un musgo amarillento / le mancha la corteza blanquecina / al tronco carcomido y polvoriento. / No será, cual los álamos cantores / que guardan el camino y la ribera, / habitado de pardos ruiseñores. / Ejército de hormigas en hilera / va trepando por él, y en sus entrañas / urden sus telas grises las arañas. / Antes que te derribe, olmo del Duero, / con su hacha el leñador, y el carpintero / te convierta en melena de campana, / lanza de carro o yugo de carreta; / antes que rojo en el hogar, mañana, / ardas en alguna mísera caseta, / al borde de un camino; / antes que te descuaje un torbellino / y tronche el soplo de las sierras blancas; / antes que el río hasta la mar te empuje / por valles y barrancas, / olmo, quiero anotar en mi cartera / la gracia de tu rama verdecida. / Mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera.

Una pregunta a la sazón. ¿Qué es lo que me espera? Aquí está. Es lo que espera a todos y lo que seguirá al acecho por siempre jamás. El silencio del que mira un paisaje. El silencio que invade durante una eternidad que no es otra cosa que el secreto del tiempo. Está, ese silencio, en una tarde, en una mirada que va de lo grande al detalle; en esa tristeza del poeta que es la mía; en un presente que ‘hace llorar’, la niñez que evoca el ‘camino blanco’ y el futuro dibujado ‘lejos’, donde vemos ‘la sombra del amor’ que ‘aguarda’. Toda la vida en un vistazo.

La tarde está muriendo / como un hogar humilde que se apaga. / Allá, sobre los montes, / quedan algunas brasas. / Y ese árbol roto en el camino blanco / hace llorar de lástima. / ¡Dos ramas en el tronco herido, y una / hoja marchita y negra en cada rama! / ¿Lloras?... Entre los álamos de oro, / lejos, la sombra del amor te aguarda.

Ya sé que poco he aportado a una obra grandiosa como la de Antonio Machado. Lo sé. Pero sirva este texto como homenaje, torpe y breve en exceso. Y de minúsculo faro para los que se quieren buscar en un verso.

G. Ramírez

Mar Padilla autora de 'Asalto al Banco Central'

El asalto al Banco Central de Barcelona fue uno de los sucesos que alborotaron una democracia recién nacida y frágil como el vidrio más delicado. Ocurrió el 23 de mayo de 1981, generó todo tipo de dudas, tensiones y miedos; y esas dudas siguen revoloteando tan vivas como hace cuarenta y cinco años. Las tensiones y los miedos se diluyeron con el paso de aquellos años en los que pasó de todo a una velocidad de vértigo. Todas las partes quisieron silenciar el asunto y se pasó página con cierta facilidad.

Se han escrito muchas cosas acerca de aquel atraco o lo que fuese en realidad, pero este libro firmado por Mar Padilla y editado por Libros del K.O, ‘Asalto al Banco Central’, resulta especialmente atractivo por varias razones.

En primer lugar, el trabajo de investigación de la autora es serio, riguroso y extenso. No hay posibles espacios para la especulación absurda o para teorías disparatadas que tanta importancia han tenido alrededor del suceso. La distancia (casi cuarenta y cinco años es mucho tiempo) permite a Mar Padilla mirar las cosas con calma, sensatez y una perspectiva muy periodística. Además, el ritmo narrativo es ágil y la lectura del libro más que agradable. Está muy bien escrito. No hay empujones, ni miradas se soslayo, ni zonas subjetivas que traten de arrimar sardinas a ascuas dudosas; el libro se lee y, con la información que se aporta, es el lector el que debe sacar sus propias conclusiones.

Mar Padilla relata los acontecimientos más contrastados con fiscales, políticos y policías, también con la información ofrecida por los medios de comunicación; al mismo tiempo que ofrece la versión más conspiratoria del atracador conocido como Número 1, José Juan Martínez Gómez ‘el Rubio’. Este sujeto, un atracador de bancos que no ha trabajado en su vida, defiende que el asalto es fruto de un encargo con el fin de recuperar unos papeles comprometedores con la Corona española a la que se señalaría como cómplice en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero anterior al atraco. Lo cierto es que la versión de ‘el Rubio’ no se ha podido demostrar nunca y que la sensación que deja el texto de Padilla ancla a la duda absoluta todo lo que dijo y sigue diciendo el delincuente. Todo parece un atraco alocado, mal planificado y disparatado en su desarrollo.

Merece la pena acercarse a este texto y seguir con otras cosas relacionadas con el atraco que puso en jaque a toda la clase política española, al Ejército y a la Guardia Civil, y a millones de personas que vieron peligrar sus libertades.

Calificación: Muy interesante.

Tipo de lectura: Amena. Invita a seguir buscando.

Tipo de lector: Cualquiera que esté interesado en la España de los 80’.

¿Dónde puede leerse?: En la puerta de cualquier entidad bancaria. Imaginando una gran chapuza.

G. Ramírez



Nunca un animal grande había logrado sumar tantos individuos como el ser humano. Y nunca antes el destrozo había sido como el que provocamos en nuestro hábitat. Resultado: pandemias.

David Quammen escribe sobre historia natural. Es un divulgador extraordinario y firma este libro que se ha convertido en imprescindible muy poco después de su publicación. La Covid-19 provocó que miles de personas quisieran saber qué es la zoonosis, cómo puede ser que los virus provoquen verdaderos desastres sanitarios, dónde se localizan los focos más importantes de enfermedades que tienen que ver con el salto de un virus animal al ser humano (eso es la zoonosis) y todo lo que sea posible para poder entender la realidad.

Después de leer el libro de Quammen el lector tendrá claro que la pandemia que sufrimos estaba prevista (esta o cualquier otra parecida), que los científicos que saben de virus y epidemias no se sorprenden con lo que pasó y pasará, que la Covid-19 fue producto de la actividad humana y su relación con el medio ambiente y, sobre todo, que somos una plaga con un crecimiento descontrolado que está causando serios problemas en el medio ambiente y, paradójicamente a la propia especie.

El autor hace un repaso por la historia reciente de las pandemias. VIH (el virus más criminal de los últimos años), H1N1 (conocida como ‘gripe española’ que produjo una pandemia letal en 1918 con un coste de 50.000.000 de vidas), ébola (un virus que pone los pelos de punta por su carga letal), virus de Marburgo (otro virus tremendo que es mejor que no vuelva a aparecer), SARS...

David Quammen deja constancia de sus conversaciones con científicos especialistas en virus y epidemias, aporta información aterradora y fascinante al mismo tiempo; explica sus conversaciones en un despacho o en una cueva de China meridional. Damos una vuelta al mundo buscando virus, explicaciones a lo que sucede, animales sospechosos de ser reservorios...

El lenguaje es cercano, comprensible y muy apropiado en cada momento. Y la estructura del libro hace que quede perfectamente claro de qué habla el autor en cada momento.

Personalmente, me quedo con la parte final. El VIH y la reflexión del autor sobre la especie humana convertida en una anomalía que tiende a corregirse de forma natural aunque sea a base de pandemias, es iluminadora, necesaria y debería ser motivo de reflexión entre todos nosotros.

La ciencia no está reñida con una lectura amena que abra la mente del lector y 'Contagio. La evolución de las pandemias' es un claro ejemplo de ello. La editorial Debate ha acertado de pleno.

Calificación: Excelente; esclarecedor; imprescindible en los tiempos que corren

Tipo de lectura: Se puede leer como si fuese una novela de suspense y acción. Es muy divertida.

Tipo de lector: Dadas las circunstancias, cualquiera.

¿Dónde puede leerse?: Yo me pondría lejos de los murciélagos, de los patos, de los caballos...

Las historias de amor que nos han contado desde siempre tendieron a la perfección, a tener un final tan feliz como improbable. Y el amor es de todo menor perfecto. Jim y Lounis Chabane firman este cómic en el que se aborda el amor como posibilidad de fracaso y motivo de amargura.

'Héléna' es un cómic que habla de la imposibilidad de amar sin que te amen, de cómo los seres humanos buscamos refugios de todo tipo para escondernos de una realidad tan antigua como las personas: nadie es querido con la intensidad deseada, en el momento oportuno, ni por la persona que más feliz nos haría. Nadie reconoce que el amor es motivo de enormes y repetidos fracasos. Nadie reconoce que sentimos vértigo, mucho miedo, ante la falta de amor o frente a un amor no correspondido.

Jim, guionista del cómic, nos lleva por sendas que nos interesan mucho a todos por ser universales y válidas en cualquier momento. También hace alguna trampa narrativa para enganchar a lector, pero se le perdona puesto que el conjunto es bueno. Llena de giros la trama, trata de sorprender y tira de la cuerda al máximo provocando que la acción se coloque en el límite de la credibilidad. En algún momento, es mejor fingir que no tenemos en cuenta algunas de las cosas que suceden; en algún momento es mejor no preguntarse por algún aspecto de la historia. Porque, en realidad, está muy bien. A pesar de esa tendencia a la exageración con las cosas del azar, el resultado está muy bien.

El dibujo de Lounis Chabane es precioso. Detallista, de trazo fino y más que agradable para el lector, lleno de expresividad (los personajes parecen poder decir cosas con el gesto, con la mirada). Es un dibujo realista que matiza mínimamente las cosas. La pena es que el formato del cómic es mucho más pequeño de lo deseable. Con ese tamaño de caja no se puede disfrutar de la cantidad de detalles que nos ofrecen.

'Héléna' es un tebeo que puede gustar a muchos porque lo que cuenta, en esencia, nos pasa alguna vez a todos. Es muy agradable de leer y nos recuerda que, casi siempre, es más difícil dejarse querer que amar sin condiciones. Somos así.

Nirek Sabal

El sello infantil y juvenil de HarperCollins, HarperKids, ha editado este divertidísimo libro con el que los jóvenes lectores se lo pueden pasar de maravilla. Si la lectura es en familia mejor que mejor (algunos de los 50 enigmas que hay que resolver son algo más complicados que el resto y la ayuda de los adultos o hermanos mayores puede ser bien recibida). El libro puede leerlo cualquier niño o niña que tenga diez o más años cumplidos y disfrutarán leyendo, pensando, intuyendo, deduciendo y siguiendo pistas de todo tipo para poder resolver el caso.

Hartigan Browne firma el libro y dicen que es el detective privado más famoso y efectivo de Gran Bretaña. Necesita ayuda puesto que el número de casos que tiene entre manos es descomunal. Y, por ello, busca al mejor de los ayudantes entre los lectores de ‘Cluedle: El caso del diamante perdido’. El lector candidato tendrá que ganarse el puesto pasando unas pruebas preliminares y si consigue hacerlo se podrá enfrentar a uno de los casos más extraños que se pueda encontrar dentro de un libro, un caso que se compone de distintas partes y distintas tareas que desembarcan en la resolución del caso del diamante perdido.

Lápiz, papel, la mente clara y en funcionamiento, y a disfrutar de textos sencillos, gráficos esclarecedores y una actividad frenética. El libro resulta muy atractivo e invita a seguir más allá de la página en la que uno se encuentra. La solución de los enigmas no es sencilla y eso sirve de acicate para que se continúe prueba tras prueba. El libro busca establecer un vínculo con el lector a través de la lógica, del razonamiento, de la atención, del detalle… y esos son de los que no se rompen fácilmente. El libro es un ejemplo de cómo se puede interactuar con el joven lector sin un teléfono móvil o una tablet de por medio.

Es un candidato perfecto para ser uno de los regalos estrella de estas próximas navidades.

Calificación: Muy divertido.

Tipo de lectura: Interactiva.

Tipo de lector: Bien un niño de diez años en adelante, bien la familia entera.

¿Dónde puede leerse?: En el salón de casa, todos juntos.

Silvia Fernández San Benito

 


La editorial Kalandraka acaba de editar el maravilloso trabajo de Leire Bilbao (textos) y Maite Mutuberria (ilustraciones) que se titula ‘Onomatopoemas y otros pequeños sonidos’, un libro que ya se editó en Pamiela en 2021.

Los poemarios de Leire Bilbao suenan evocadores, resuenan invitando a la reflexión, son divertidos a más no poder (el juego que hace la autora con los caligramas, con los tipos de letra o con la disposición del texto en la página, resulta muy atractivo para el lector), y exploran en lo que la autora llama 'ese trastero que tenemos bajo el pelo’ hasta encontrar el punto de encuentro entre la ficción y la realidad que permite explicarnos las cosas. Leire Bilbao parece saber que el mundo es puro símbolo y lo mira desde la perspectiva que solo puede aportar rascar en las palabras buscando explicaciones. El gusto por la palabra y todo lo que representa es uno de los motores de esta autora.

El mundo es puro sonido y de eso va el libro. De los sonidos que llamamos onomatopeyas y que encierran la propia realidad, o de la música que arranca desde la partitura que es la palabra. Pero, también, de la sinfonía que crece en el instante en el que los poemas de Leire Bilbao se arriman a las ilustraciones de Maite Mutuberria porque no se puede entender el trabajo de la poeta sin el de la ilustradora. Y al revés.

Las ilustraciones son expresivas, condensan las ideas con solvencia y dan un lustre casi quirúrgico al conjunto. El entintado es un lujo y la disposición de cada ilustración en las páginas que ocupan es el exacto.

Si alguien quiere jugar con los sonidos y con las ideas y con las imágenes, ‘Onomatopoemas y otros pequeños sonidos’ es una opción maravillosa. El libro lo pueden leer los niños de ocho años en adelante (y cuando digo en adelante me refiero a todos los que hayan cumplido de nueve a cien). Los más pequeños tendrán que leer el libro con un adulto al lado para poder aprovechar la lectura y divertirse mucho más.

Calificación: Muy bueno.

Tipo de lectura: Amena, divertida, sonora.

Tipo de lector: Niños de ocho hasta cien años.

¿Dónde puede leerse?: En casa, frente a la chimenea, escuchando el sonido del viento a través de la ventana.

G. Ramírez

‘Ulises’ es un relato decisivo para lectores persistentes. La lectura es complicada, los personajes rocambolescos y el argumento se diluye con la calma propia de una obra maestra de la literatura.

‘Ulises’ es uno de los libros más importantes del siglo XX, una novela experimental en la que el escritor irlandés James Joyce juega con el lenguaje dándole forma a cada una de las técnicas novedosas que revolucionaron la escritura y que abrieron la centuria acompañadas de la propagación del cinematógrafo, del estudio del subconsciente y el psicoanálisis, y de la general divulgación de todas las obras de todas las literaturas.

La más destacada de estas técnicas es el flujo de conciencia, la simulación escrita del pensamiento humano, pero hay otras como son la descripción por acumulación, las listas; la utilización fragmentada e impresionista del discurso, el uso de la jerga, el surrealismo, la creación de palabras nuevas, y la ruptura de las convenciones de espacio, tiempo, género literario, narrador y personaje.

Con todos estos recursos, Joyce redacta lo que viene a ser el manifiesto de una nueva forma de hacer que inicia la era literaria en la que estamos.

El título nos remite a un paralelismo estructural con la ‘Odisea’ de Homero que es prácticamente imposible de identificar para los lectores comunes salvo porque, de la misma manera que la ‘Odisea’ es la encubierta representación escrita de un mapa del Mediterráneo, ‘Ulises’ es una clara cartografía de la ciudad de Dublín.

‘Ulises’ es una novela larga, compleja, oscura y –en general- aburrida, en la que sin embargo será difícil que un lector interesado no encuentre un capítulo que le parezca insólito, ocurrente y divertido; un capítulo al menos cuyas acciones pueda comprender y que le dé ánimo suficiente para afrontar la lectura completa del libro, más cuanto que se trata de una obra que no es necesario leer de un tirón. Personalmente recomendaría el monólogo de Molli Bloom editado en el capítulo 18, la fascinación enciclopédica del 17, y -para una iniciación- los atisbos de la vida cotidiana de la ciudad de Dublín en los años veinte del siglo pasado compuesta a la manera de flashes en el capítulo 10, o la impagable declaración de principios de Leopold Bloom hacia la mitad del 15:

Estoy a favor de la reforma de la moral municipal y a favor de los diez mandamientos puros y simples. Nuevos mundos en lugar de los viejos. Unión de todos, judíos, musulmanes y gentiles. Una hectárea y una vaca para todos los hijos de la naturaleza. Coches fúnebres modelo berlina. Trabajo manual obligatorio para todos. Todos los parques abiertos al público día y noche. Lavaplatos eléctricos. La tuberculosis, la locura, la guerra y la mendicidad deben cesar inmediatamente. Amnistía general, carnaval todas las semanas, con las licencias del enmascaramiento, gratificaciones para todos, esperanto, fraternidad universal. Se acabó el patriotismo de los políticos de taberna y de los impostores hidrópicos. Dinero libre, amor libre y una iglesia laica libre en un estado laico libre.

Existen infinitas críticas, ensayos y estudios que pueden ayudar al lector en la comprensión del texto y son accesibles en las bibliotecas y en la red, porque ‘Ulises’ es una novela que no ha dejado indiferente a nadie, ha sido adorada o denostada hasta una exageración desde la que los lectores críticos de hoy tendemos a encontrar un cómodo término medio: no es una obra maestra homogénea e incontestable para cuya comprensión sean obligatorios todos los esfuerzos, pero tampoco el ilegible y pedante cajón de sastre de una mente enloquecida. Es una novela interesante, complicada, meritoria y decisiva.

Para los irlandeses es, además, parte de una confusa identidad nacional.

Augusto F. Prieto

 


Interesante novela de Mary Kubica que se decanta por la novela de suspense para construir una historia bien trenzada aunque planteada con cierto ventajismo.

Agatha Christie diseñó una forma de hacer literatura y, por tanto, un tipo de novela que triunfó en su momento, lo sigue haciendo y que en el futuro mantendrá sus privilegios. Esta autora no hacía gran literatura, pero consiguió que millones de personas disfrutaran leyendo sus libros y que otros tantos encontraran en la literatura un anclaje a la realidad. Dicho de otro modo, Agatha Christie logró enganchar a la lectura a miles y miles de personas y lo seguirá consiguiendo.

La zona más lúdica de la lectura, la parte más divertida, el camino hacia esa desconexión de la realidad que tanto necesitamos a veces, es lo que representa un tipo de literatura. Como la de Agatha Christie y como la que comienza a hacer Mary Kubica.

Esta autora, de la que ya hemos podido leer 'Una buena chica' y 'Una chica desconocida', se apunta a la novela de suspense y misterio de siempre. No hay que confundir con lo que se conoce como thriller. Es más moderno, gusta más a los editores, pero 'No llores' de Mary Kubica es una novela de suspense en la que las trampas con las que se maneja la autora y con la que nos encontramos los lectores no son pocas, en la que la información se ofrece con cuentagotas y con un criterio muy cicatero para que tengamos que seguir buscando en el resto del relato. Es esta una novela de suspense y no está nada mal. Se lee bien, es divertida y mantiene al lector pegado al sillón durante horas. Nada de gran literatura, pero 'No llores' se puede convertir en un excelente regalo o en una recomendación para ese adolescente que se niega a leer una y otra vez.

La historia que cuenta Mary Kubica es muy simple. Los personajes son bastante planos y progresan poco a lo largo de la narración. Y todo se dice desde dos puntos de vista distintos. Son dos personajes los que van contando lo que les sucede. Cada capítulo se encabeza con el nombre del que va a contar sus peripecias. Menos mal (primer problema del libro) porque Kubica se olvida de crear un lenguaje propio de ese personaje, una forma de ver las cosas que nos indique que es ese y no otro el que nos cuenta las cosas. Es imposible distinguir al narrador abriendo el libro al azar y leyendo una página cualquiera. Una pregunta ¿los muertos pueden contar historias?

Por otra parte, el final de desarrolla con prisas excesivas. Después de trabajar bien las trampas literarias y dosificar la información con tino, a la autora le da por correr y atropellarse sin razón alguna.

En cualquier caso, el libro es muy divertido, lo puede leer cualquier tipo de persona (de 14 años en adelante) y hace pasar un rato más que agradable.

HarperCollins va construyendo su colección de narrativa con títulos más que atractivos para el lector medio. Y eso es siempre una buena noticia. Porque la literatura no debe convertirse es algo para unos pocos.

Calificación: Entretenido.

Tipo de lectura: Agradable, fácil.

Tipo de lector: Interesado en esos crímenes cometidos o por cometer y en los que hay que dar caza al asesino.

Personajes: Planos aunque sirven para un relato como este en el que manda la trama.

Argumento: Nada es lo que parece y tu minuto de gloria está por llegar.

¿Dónde puede leerse?: En una cafetería, mirando a través de la ventana.

El escritor barcelonés y maestro de la novela policiaca Andreu Martín / Fotografía de Ricard Cugat

Si se trata de novela del género policiaco, Andreu Martín no falla nunca. Es un escritor experimentado y sabe qué ingredientes utilizar para crear la trama y cómo colocarlos para que todo funcione perfectamente. Un robo espectacular, varios crímenes, una relación llena de pasión entre dos de los personajes, un misterio que articula todo el relato y un lenguaje accesible. La editorial Alrevés lo sabe y ha publicado este trabajo que ha sido galardonado con el Premio de Letras del Mediterráneo 2024 otorgado por la Diputación de Castellón.

Andreu Martín en ‘Dinero para los muertos’ utiliza un narrador apoyado. La hija de un periodista (que es la que cuenta todo lo que va a pasar puesto que nos pone delante lo que ella dice y lo que dicen otros) quiere saber tras la muerte de su padre. Pide ayuda a un viejo policía y trata de descifrar junto a él lo que se dice en un manuscrito de novela inacabada que descubre la mujer. Por tanto, un narrador se apoya en otros dos. Y esta es una decisión técnica tan difícil como atractiva puesto que si no se hace bien el desastre es monumental. Andreu Martín se defiende bien y logra sus objetivos.

El relato está escrito con un tono bajo y sin grandes búsquedas de imágenes descomunales o de alientos largos en la construcción del lenguaje. Es una literatura esta que nos presenta el autor muy accesible, muy amena y muy agradable. En este tipo de textos no hay que buscar profundidades literarias porque no las hay. Manda la trama.

Destaca la construcción de los personajes. Con muy poco, Andreu Martín logra perfiles que iluminan al principal sin pausa. Los secundarios funcionan como verdaderos actantes al servicio del principal y eso le aporta un empaque muy interesante.

La resolución es previsible aunque está muy bien justificada y todo se hace con cuidado, sin empujones, sin sorpresas de última hora que dejan al lector del revés.

‘Dinero para los muertos’ es una excelente opción para hacer un regalo o para disfrutar de unas horas de lectura más que divertida.

Calificación: Muy divertida.

Tipo de lectura: Amena, rápida, agradable.

Tipo de lector: Cualquiera que quiera pasar un buen rato con un libro entre las manos. Por supuesto, amantes de la novela policiaca.

¿Dónde puede leerse?: Castellón sería una opción fabulosa, pero si tienes que conformarte con el sillón de casa te gustará igual.

G. Ramírez

Interesante novela de Edurne Portela que consigue un retrato descarnado de la sociedad vasca de los años 80 y 90 del siglo XX. El País Vasco desde dentro como pocas veces lo hemos podido mirar.

Durante muchos años, vivir en el País Vasco no fue fácil para algunos; en realidad, no lo fue para casi nadie. La violencia mandaba en las calles, una ideología radical que no permitía otras alternativas se imponía en centros de trabajo, escuelas, institutos y tabernas. Todo giraba alrededor de la política y del terrorismo de ETA. Y algunas familias pagaron un precio muy alto.

Edurne Portela sorprendió al publicar 'Mejor la ausencia' porque su capacidad autocrítica desde la ficción era, todavía, una rareza. Tal vez, hoy siga siéndolo. Tal vez, nunca deje de serlo. Por más tiempo que pase la herida de ETA seguirá siendo profunda. Pero Portela, seguramente dejando pistas propias en algún que otro párrafo, diseñó un universo en el que una familia se desintegra sin entender nada, ni poder remediarlo. Un padre brutal que se dedica a asuntos turbios que arrastran a toda la familia; una madre que bebe más de la cuenta y claudica ante el marido sea lo que sea que pase; Aníbal, el hijo mayor, convertido en el estereotipo de lo que fue una parte de la juventud de los años 80 o principios de los 90 que quedaba liquidada por las drogas; Kepa, otro de los hermanos, perfilándose como candidato a sucumbir ante ideologías malsanas; Aitor, el hijo listo que huye lejos; y Amaia, la pequeña, que narra la historia aunque los puntos de vista parezcan variar en la segunda parte de la novela gracias a un ‘truco’ narrativo de la autora que funciona más que bien.

La voz narrativa de Amaia se construye a base de capas, de los estratos que forma la experiencia de una niña que, como todos los demás, no entiende gran cosa y quiere escapar de un mundo hostil y desagradable. Edurne Portela va modificando el registro a medida que la edad de la niña va en aumento y el resultado es, francamente, agradable. En cualquier caso, Amaia siempre es una niña, una joven o una adulta que no puede agarrarse a nada para salvarse y le toca nadar sin saber hacia dónde va.

Los escenarios no se describen con detalle aunque sí se construyen con solvencia. Pesa más el personaje aunque esos escenarios soportan muy bien la trama.

Y los diálogos, aunque sin grandes profundidades, sirven de pilar para que la trama vaya avanzando sin dificultades.

La mujer tiene una importancia notable en la narración. Cómo cada una de ellas afronta la misma realidad y cómo todas ellas quedan aplastadas por ese mismo universo va dejando al lector sin aire a medida que avanza el relato. La imposibilidad de entender, las explicaciones que nunca llegan, la huida como único mecanismo con el que enfrentar un mundo hostil o la familia como núcleo fundamental que también puede saltar por los aires, son ingredientes que van modelando una novela tan dura como deliciosa al leer.

Edurne Portela es una autora a la que hay que leer porque intenta hacer literatura y eso, en los tiempos que corren, no es poca cosa. Y porque, sobre todo, es honesta al escribir.

Calificación: Interesante.

Tipo de lectura: Amena aunque dura a causa de lo que se cuenta.

Tipo de lector: Si quieres conocer qué y cómo se vivió en el País Vasco en una época no tan lejana, este es tu libro.

Argumento: No hay escapatoria si los recuerdos te persiguen. Tampoco se puede escapar de la realidad.

Personajes: Bien dibujados. Van lo entrañable a lo vomitivo pasando por lo inexplicable.

¿Dónde puede leerse?: Tomando un vino en un caserío.

Excelente libro que nos habla de lo que es una aventura sin fin, eso en lo que se debería convertir la vida del cualquier ser humano.

El ser humano, desde que pisa el planeta Tierra, ha tenido que estar en constante movimiento, siempre en marcha. El espíritu pionero y detectivesco de los hombres y mujeres de toda la historia ha sido lo que nos ha traído hasta aquí. Esa es la gran noticia. Pero hay otra mejor: estamos obligados a seguir trazando un camino infinito.

Por esto es una enorme alegría para los amantes del libro que HarperKids haya publicado 'El libro del aventurero desconocido'. Este es un libro que sirve para recopilar las notas, los dibujos y todo tipo de sugerencias que un explorador desconocido dejó dentro de una lata junto a una carta en algún punto de la Amazonia. Teddy Keen, compilador y editor, ha realizado un trabajo fabuloso. Y la editorial ha logrado presentar el trabajo con un cuidado exquisito. Desde cómo construir una balsa o un campamento, pasando por cómo hacer nudos de todo tipo o los trucos para que piquen los peces; el libro va creciendo desde la primera página, va acumulando razones para que el lector sienta la necesidad de posar los pies en el suelo (hemos dejado de tener contacto con nuestro hábitat y hay que recuperar esa relación imprescindible; por eso la importancia de este libro es tan especial) y se ponga en camino buscando aventuras y, sobre todo, a sí mismo.

'El libro del aventurero desconocido' es, posiblemente, el libro para niños y jóvenes con más sentido de todos los que se han editado este año. Dibujar con una línea tan precisa y tan fina lo que podría ser el camino de toda una vida es una maravilla.

Los niños y niñas de 8 o 9 años en adelante disfrutarán mucho con este libro. Me atrevería a decir que más de uno descubrirá ese aventurero que todos llevamos dentro. Porque el hombre es aventura, necesidad de llegar más allá, de crecer como persona en busca de lo material y lo trascendente.

Me ha encantado.

Calificación: Extraordinario.

Tipo de lector: Cualquier persona de 8 años en adelante. Los adultos lo van a disfrutar mucho.

Tipo de lectura: Apasionante. Se puede saltar de una parte a otra dependiendo de las necesidades del lector o del gusto de encontrar lo inesperado. Atención a las ilustraciones. Algunas son, sencillamente, arrolladoras.

¿Dónde puede leerse?: Antes de partir.

G. Ramírez

Una atmósfera densa, colorida y elegante, hacen que la lectura de ‘El cuarteto de Alejandría’ sea amena, fácil. Es la historia de una fascinación, un relato lleno de personajes divinos, míticos, poderosos. Esa es una de las mejores novelas escritas de todos los tiempos.

Compuesto por cuatro novelas separadas e independientes: ‘Justine’, ‘Clea’, ‘Balthazar’ y ‘Montoulive’; ‘El Cuarteto de Alejandría’ es un monumento literario, una de las grandes obras maestras de la literatura de todos los tiempos que se proyecta con fuerza sobre toda la narrativa del siglo XX.

Caso único, las cuatro novelas cuentan la misma historia que se desarrolla ante nuestros ojos de manera hipnótica desde el punto de vista de cada uno de sus personajes, como un complejo puzle que se forma en nuestra cabeza y que va consolidando con cada línea una atmósfera decadente y poderosa en la que los protagonistas son indiferenciadamente Justine, una enigmática mujer llena de secretos y Alejandría, la ciudad a la que encarna. La gran Alejandría de los años treinta, capital del mundo, donde se hablaban cinco idiomas y se practicaban todos los cultos. Una ciudad oculta, subterránea, secreta, eterna, condenada a desaparecer y al mismo tiempo a vivir para siempre.

La escritura de Lawrence Durrell es intensa y se va formando por superposición, cuando la ciudad y los personajes se influyen, cambian y su espíritu va creciendo hasta llenar cada página. Es una descripción de la ciudad a partir de cada uno de sus personajes y de los personajes a través de las mutaciones de la ciudad.

Una novela que parece encerrar una clave oculta y que nos inquieta profundamente a la vez que nos hace testigos de un mundo que se desvanece.

Un análisis del amor y de la sensualidad.

El ‘Cuarteto’ es una obra imprescindible, capaz de cambiar la visión de la literatura y del mundo a quien se adentre entre sus páginas.

Augusto Prieto

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