¿Qué representa el tiempo en la creación de un personaje de ficción?
Somos lo que acumulamos desde que nacemos. La primera caricia de nuestra madre marca la vida inevitablemente y arrastramos cualquier detalle desde el comienzo, desde ese primer contacto con el oxígeno que arde en los pulmones. Ese es el primer sumando de millones de ellos. Por eso, porque todo lo que recibimos lo integramos, no podemos modificar nada de lo que forma parte de nuestra identidad. Si pudiéramos borrar algo del pasado dejaríamos de ser nosotros. Por supuesto, no podemos.
Lo mismo ocurre con los personajes de novela. Ni siquiera la
ficción permite que un pasado concreto haga llegar a un personaje al lugar
equivocado. No podemos crear un personaje haciendo de él una suma de retazos
inconexos. Y, del mismo modo que en la vida real, debemos pensar en el diseño
de lo anterior porque necesitamos un futuro inmediato. No cualquier futuro sino
el que corresponde. Por supuesto, digo esto alejado de un determinismo en el
que no creo. El ser humano, a pesar de todo, se desarrolla gracias a su libre
albedrío.
Si, por ejemplo, usted intenta pensar una vida distinta a la
que ha tenido no lograría dar un paso en firme, se derrumbaría como un edificio
mal construido. Estará pensando en otra persona que no es usted y no en otra vida. Todos
quisiéramos poder borrar algo de lo ocurrido (por pequeño que sea). De hecho
maquillamos parte de nuestro pasado con cosméticos baratos (la mentira, la
negación o cosas así). Todos nos marcamos objetivos al principio que no
alcanzamos, que ni siquiera rozamos. A todos nos ha jugado una mala pasada el
destino o una decisión equivocada. Pero ninguno logra ser diferente eliminando
sumandos. Ninguno. Sólo podemos añadir, amontonar experiencias para corregir
eso que no nos gusta. Aunque el montón sea de estiércol.
Queremos modificar el pasado cuando lo que intentamos es
tener un futuro más parecido a lo que un día imaginamos sin saberlo.
Pues en literatura pasa exactamente lo mismo. Colocamos a un
personaje en una situación determinada. Deseamos crear una trama en la que el
personaje evolucione. Pero para que eso ocurra no podemos imaginar cualquier
pasado. No. Ese personaje funciona porque tiene alma y es deudor de un pasado.
No del pasado sino de un pasado. Del que emana una creación literaria que
tiende a ser única y exclusiva.
0 comments