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© Columna Villaroya |
'Parecido a un asesinato' es una novela de trama. Y sólo de trama. Eso no es mejor ni peor aunque el lector que busque profundidades literarias, formas exquisitas en la escritura o imágenes de potencia demoledora en el relato, debe buscar en otras páginas. Porque lo que encontrará en esta novela de Juan Bolea es una historieta simple y ya conocida (estas historias han sido contadas en multitud de ocasiones con ligeras modificaciones), unos personajes más bien planos por mucho esfuerzo que haga el autor al introducir elementos que tratan de dar una consistencia que no logra (asuntos que tienen que ver con la sicología y la siquiatría, por ejemplo), una narrativa lineal en esencia a pesar de encontrar intentos de rupturas espacio temporales que quedan en el plano de la anécdota narrativa.
¿Se puede leer 'Parecido a un asesinato'? Se deja leer, y si el que tiene el libro entre las manos no pide demasiado, es un relato que gusta a pesar de lo previsible que es. Y es que Juan Bolea trata de centrar el foco en asuntos que pudieran llevar al lector a intuir de forma incorrecta, pero no lo consigue y lo que el lector termina descubriendo son trucos de novela policiaca antigua. Antes de lo que el autor quisiera, claro. Pero esta es una novela que puede acompañar en momentos de relax, de intento de evasión.
En algunas zonas expositivas, el autor apuesta por aportar una cantidad de información considerable que resulta siendo irrelevante y, lo peor, un intento de sostener un cierre de la trama lleno de dudas y cercano a lo inverosímil puesto que puede ser cualquier cosa. Esa información se enfrenta, lógicamente, a la carga expresiva que todo relato debería contener; y eso siempre es una mala noticia.
Llaman la atención algunas cosas que tienen que ver con los personajes. Por ejemplo, la capacidad absolutamente descomunal para llegar al meollo de un problema complejo a más no poder que despliega una sicóloga de gran peso en el conjunto del relato. Con la primera pregunta que hace se acerca al núcleo del problema. Por otra parte, son previsibles hasta el extremo, los comportamientos de todos ellos se desarrollan en terrenos comunes, ni uno sólo presenta un rasgo que le defina y que sirva para que crezca como personaje. Y ya sabemos que sin personajes bien construidos los relatos se desmoronan sin remedio.
Durante toda la narración, el ruido es excesivo, la niebla que no deja ver es densa. Todo queda por detrás incluido lo esencial. Y es producto de un buen número de trucos que ya Agatha Christie explotó y enseñó a los lectores para que no volvieran a caer en trampas que deberían evitar todos los autores.
Calificación: No es gran cosa aunque se deja leer.
Tipo de lector: Poco exigente con el relato.
Tipo de lectura: Muy fácil. Rápida.
Personajes: Superficiales.
¿Dónde puede leerse?: En el parque o en la piscina.
Nirek Sabal