‘Último autobús a Woodstock’: Endeavour Morse se hizo mayor
Colin Dexter |
Si nombro a Colin Dexter, muchos
de ustedes no sabrán quién es. Si nombro al inspector de policía de Oxford,
Endeavour Morse, muchos ya sabrán de quién hablo y le relacionarán con Dexter
de inmediato. Y es que Endeavour Morse es uno de los personajes que Colin
Dexter creó al escribir sus novelas policiacas, unas novelas que son mucho más
desconocidas en España de lo deseable, unas novelas con las que el lector puede
disfrutar de lo lindo.
Colin Dexter (1930 -2017) escribió
varias novelas protagonizadas por el inspector Morse. Casos verosímiles,
personajes vivos y casi de carne y hueso, descripciones quirúrgicas y un clima
excelente para que la trama pudiera desarrollarse sin empujones, sin prisas,
sin cartón piedra de soporte.
Morse es un personaje principal
característico de la novela policial. Algún rasgo sobresale entre el resto
(como siempre pasó en novelas de este estilo) y convierten a Morse en un
personaje único y exclusivo. Morse es arrogante, malhumorado, rezuma
melancolía, es inteligente y enamoradizo. Y es que la soledad de Morse junto a
esas melodías wagnerianas que resuenan en las páginas que protagoniza forman un
conjunto exacto del que no puede escapar el personaje. Ni el lector.
El resto de personajes, los
secundarios, deambulan para iluminar a Morse, para que crezca como personaje.
Actúan como actantes aunque con alma plena y la importancia suficiente. Nada
parece impostado en la narrativa de Colin Dexter.
En este Morse, entre otros aunque
principalmente, se apoya la serie televisiva ‘Endeavour’ que tan bien ha
funcionado desde hace diez años. En la serie se trabaja un tiempo anterior al
de la primera novela que protagoniza el inspector Morse ‘Último autobús a
Woodstock’. En la serie el personaje es un joven policía aficionado a la música
clásica y a los crucigramas, un hombre que dejó la universidad (la de Oxford)
por no estar de acuerdo con el sistema de enseñanza, un tipo sagaz, intuitivo y
con arrojo. Morse se enamora aunque es incapaz de relacionarse con normalidad
con algunas personas, Morse se siente solo en este mundo, Morse sufre porque
cree estar en otra órbita sin saber qué hacer para bajarse. La serie merece la
pena.
Siruela ha editado esta excelente
novela escrita en 1975 y acierta con la elección del título puesto que se trata
de una maravilla de la novela policiaca. Una mujer asesinada en extrañas
circunstancias y una evolución del caso con muchos sospechosos, con cada pieza
colocada con maestría para que el dibujo sea perfecto. Los diálogos son más que
interesantes desde el punto de vista técnico puesto que todos ellos sirven para
que la acción avance al ritmo que marcan los personajes al dar información. Al
mejor estilo tradicional, las pistas que va dejando el narrador se ordenan de
forma que toda sospecha cabe en el conjunto del universo que construye Dexter,
toda conjetura puede tener recorrido aunque la realidad de los personajes
indique lo contrario, y solo la capacidad deductiva de Morse pondrá las cosas
en su sitio para que el lector disfrute del trabajo policial pulcro y constante
de un buen policía.
Las trescientas páginas de
‘Último autobús a Woodstock’ son una lección de literatura creativa y si algún
joven escritor quiere saber cómo se perfila un personaje literario debe leer la
obra de inmediato.
Calificación: Excelente.
Tipo de lectura: Apasionante e
intrigante.
Tipo de lector: Cualquiera que
esté dispuesto a no querer dejar el libro para descansar un rato.
Personajes: Redondos, vivos.
G. Ramírez
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