‘El fin de la muerte’: El amor y el universo
Con ‘El fin de la muerte’ concluye la ‘Trilogía de los tres cuerpos’, una monumental obra de ciencia ficción hard que fascina, entretiene, hace pensar y logra plantear preguntas fundamentales sobre el universo en su conjunto.
Si metiéramos en una
centrifugadora todas las novelas de ciencia ficción hard que se han escrito durante la historia con el fin de
aprovechar lo mejor de cada una de ellas; si a ese resultado le sumáramos lo
que es capaz de imaginar Cixin Liu, autor chino de moda; tendríamos como
resultado una monumental muestra de lo que debe ser una novela de este corte.
Imaginación, ritmo narrativo adecuado, giros inesperados, buen manejo del
lenguaje. Todo eso en el ‘haber’. En el ‘debe’, el eterno problema de este
autor: el dibujo de los personajes excesivamente tibio, excesivamente difuso. Y
en la novela de hoy en día, incluida la ciencia ficción, el personaje es
fundamental.
‘El fin de la muerte’ (死神永生)
es el tercer volumen de la ‘Trilogía de los tres cuerpos’, una obra que firma
Cixin Liu y que se está vendiendo, en todo el mundo, como si fueran pipas. No
es de extrañar porque la historia que cuenta es fascinante, está bien armada,
se abordan cuestiones técnicas que no siempre son accesibles para el gran
público y nos hace soñar con un futuro incierto. Es verdad que algunos de esos
asuntos resultan excesivos y es necesario prestar una atención extra por parte
del lector. Cixin Liu se lía la manta a la cabeza y trata todo sin excepción.
Motores de curvatura, ascensores orbitales, los límites del universo, agujeros
negros de bolsillo, ciudades espaciales, pliegues en el espacio-tiempo...
Aunque repite el intenso Luo Ji;
aunque la historia de Yun Tianming y Cheng Xin, son principales; lo importante
de esta novela es el universo considerado como un todo, como un lugar oscuro y
peligroso aunque víctima de sí mismo. La posible historia del universo y su
futuro son, sencillamente, maravillosos en manos de este autor.
El lector, no obstante, empatiza
mucho mejor con Cheng Xin, una mujer que maneja la situación teniendo como
referencia el amor. Nada puede ir mal si es el amor el que ordena la realidad.
Esto lo explica el autor en las últimas páginas y no era necesario porque ya
está implícito en el texto desde la primera página. Esa tendencia a explicar
todo es uno de los ‘peros’ de la novela. Explicar cómo un universo se convierte
en bidimensional, desde luego, requiere de explicaciones, pero no todo es lo
mismo.
Cixin Liu divide el relato en
cinco partes. Y nos lleva lejos, muy lejos. En el espacio y en el tiempo. El
viaje es intenso, divertido, maravilloso. Las preguntas que aparecen a lo largo
de la lecturas son muchas y todas ellas difíciles de contestar. Una de las
virtudes del relato es que no regala respuestas. Hace preguntas. No da
respuestas. Por ejemplo: ¿Es ético pensar en la salvación de una minoría de la
humanidad (solo una minoría), es legítimo, es humano? Con esa ya habría
suficiente. Son muchas más, claro.
Esta es una novela exigente
aunque merece la pena hacer un esfuerzo. De principio a fin (un final
enternecedor y triste hasta el dolor) el lector puede disfrutar del texto. Y
conviene hacerlo.
Calificación: Excelente.
Tipo de lectura: Exigente aunque
divertida y llevadera.
Tipo de lector: Interesado en la
ciencia ficción hard. Y cualquiera
dispuesto a pensar en lo que pintamos en este universo tan oscuro y tan
grandioso.
Argumento: Siempre salimos
adelante.
¿Dónde
puede leerse?: En algún lugar en el que, una vez anochecido, pueda ver las
estrellas.
G. Ramírez
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