'La mano izquierda de la oscuridad': Todas hombres, todos mujeres

by - marzo 11, 2024

 


Si existe una novela de ciencia ficción en la que el equilibrio entre información y expresividad es perfecto esa es 'La mano izquierda de la oscuridad' ('The Left Hand of Darkness', 1969) de Ursula K. Le Guin.

Los escritores dedicados a la ciencia ficción nunca buscaron profundidades literarias en las que pudieran navegar sus relatos. Entre ellos, siempre pudo más el interés por construir universos que se convirtieran en parte de los territorios comunes de las personas para poder buscar en ellos nuevas formas de comprensión, nuevos prismas desde los que mirar la realidad. Las imágenes potentes no son muy frecuentes en este tipo de novelas, ni las formas narrativas complejas. Siempre se trató de dibujar un posible futuro incierto con el que explicar el presente.

Sin embargo, como allá donde miremos, se pueden encontrar excepciones. El caso de 'La mano izquierda de la oscuridad' es uno de los ejemplos más extraordinarios.

Desde la primera página, Ursula K. Le Guin deja claras sus intenciones. Lo que nos quiere contar necesita de un lenguaje bien estructurado; de una descripción precisa que nos permita ver con claridad los escenarios y, por supuesto, los personajes; de unos diálogos que escapen de lo superficial para que signifiquen una fricción clara entre los logos presentes. Todo toma sentido desde la expresividad arrolladora del texto dado que el lector se ha de involucrar en la acción si quiere saborear lo que se le presenta.

Como el resto de la obra de Le Guin, esta novela arrastra en cada frase parte de la 'Utopía' de Tomás Moro. No es algo que esconda la autora. Todo lo contrario. Y sirve de sustento ideológico para los personajes que van apareciendo.


La acción se desarrolla en un planeta llamado Invierno o Gueden. Genly Ai ha sido enviado para conseguir que otro mundo se adhiera a la federación interplanetaria Ekumen. Los habitantes de Gueden son andróginos y esto es lo que permite a la autora abordar el asunto más importante que encontramos en el relato: un mundo en el que la diferencia de sexo no existiera. La guerra se sustituye por la intriga, las armas por la observación constante de la realidad y el planteamiento más cercano a la intuición o al uso de la inteligencia. De hecho, la muerte violenta o el discurso más beligerante fracasan a lo largo de la novela.

Ursula K. Le Guin se entretiene en mostrar una forma de vida distinta a la de los hombres y mujeres que poblamos la Tierra, pero posible. Nos coloca frente a los problemas que tenemos para que los podamos observar desde una perspectiva nueva, extraordinaria.

Destaca la descripción que hacen los habitantes de Gueden de los humanos tal y como los conocemos. Especialmente la de una mujer que viaja al planeta antes de que se firme el acuerdo con la federación de planetas.

Son muchos los que se han separado de las novelas de ciencia ficción pensando que lo que se van a encontrar son naves espaciales, asuntos que tienen que ver con la física o seres extraterrestres de ojos enormes. Esta novela es una razón para no hacerlo, para considerar este género literario algo importante, algo que, posiblemente, tenga un lugar privilegiado en el mundo editorial sin que tenga que pasar mucho tiempo.

Calificación: Excelente.

Tipo de lectura: Reposada. Invita a la reflexión.

Tipo de lector: Aficionados a la buena literatura.

Personajes: Perfectos.

¿Dónde puede leerse?: junto al hombre o mujer que nos completa.

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