Cuentos eróticos de verano

Flor del bosque nos abre el apetito con la utilización de un narrador-personaje que podría estar mintiendo, fantaseando o queriendo caer premeditadamente en el ridículo por culpa de los furores uterinos de una mujer que conoce en virtud de su labor como etnógrafo.
Perversiones, relatos de coleccionistas o fetichistas como el propio Berlanga, nos abren su particular idea de los placeres carnales que en ocasiones exploran algo más que una vía lúdica, una manera exótica del sexo, casi poética (y sin el casi) a pesar de venganzas y desaires de inestabilidad emocional, de fríos que no se sabe muy bien si vienen a contrastar el termómetro subido de esa Justicia infinita por la que el cuerpo se expresa libremente más como una necesidad fisiológica que como un temprano e ingenuo acto de amor, aunque también los hay (La noche de los enamorados).
No obstante, predomina el afanoso Onán en su maquinaria, así como cierta idea de sadomasoquismo; relatos como el gráfico Las esposas o Cuerpo y arma son una prueba de adulterio consentido y nada tradicional.
Calificación: Torridillos.
Tipo de lectura: Sencilla.
Tipo de lector: Cachondo, en todos los sentidos del término.
Argumento: De la poesía a lo prosaico.
Personajes: Interesantes.
¿Dónde puede leerse?: En una sauna junto a alguien adecuado.
¿Dónde puede comprarse?: En tu librería habitual. Regalar un libro es regalar un mundo nuevo.